
El 28 de octubre
de 1984 se fundó el Team Inter, la organización de ciclismo de montaña más
antigua de Arequipa. Por sus filas han pasado generaciones y en él figuran más
de cien integrantes –entre activos y retirados– y, a su vez, ha dado lugar a la
formación de otros grupos de ciclismo. Pero para su fundador, don Lucho
Delgado, el Team Inter es apenas un muchachón de 35 años que él engendró, el
Benjamín de sus hijos. Don Chucho, como es llamado por los amigos, tiene 84
años y practica el ciclismo hace 70. Sí, a su edad es un ciclista activo y, es
más, ha participado en el último Rally de nuestro medio: un recorrido de 80
kilómetros desde Arequipa hasta la hacienda La joya, y no ha sido el último en
llegar. A una edad, que ya resulta pretencioso
alcanzar, y los que llegan lo hacen convertidos en venerables ancianos; don
Chucho se pega sus escapadas los domingos con estricto traje de ciclista:
pantalones ajustados, tricota, casco, guantes, lentes oscuros y “la
inseparable” a practicar el deporte de su vida y a compartir con viejos y
nuevos amigos. Ciertamente, debe adelantar la ruta o hace cortes: se conoce
todos. Así trajeado nadie podría calcularle la edad. En los descansos le gusta
contar chistes colorados, tutea a todo mundo y también prefiere que lo tuteen,
aunque los jóvenes no pueden evitar el “don”.
Las bondades del
ciclismo –salud, vitalidad, longevidad, etc.– son innegables. Sin embargo, he
de soltar esta pregunta: ¿los ciclistas de montaña realmente practicamos este
deporte por aprovechar esas bondades? Diríase que sí, pero no exclusiva ni
siquiera prioritariamente. Entre los que suelen llegar e irse del Team, cierta
vez, conocí un vegano, de esos que controlan estrictamente su alimentación,
hacen yoga y, por supuesto, practican algún deporte. Después de unas salidas y
un par de caídas me dijo que “no era lo que buscaba, que era un deporte muy
riesgoso”. Se retiró.
Entre tantos
amigos y compañeros ciclistas, no conozco uno que no tenga heridas en las
piernas o brazos. También los hay de aquellos que se rompieron una costilla o
clavícula. El uso del casco, aunque parezca, no es para verse más guapo; su uso
es estrictamente necesario porque el riesgo de accidente en la pista o el cerro
siempre está presente; y el casco puede salvarnos la vida. Así visto, el
ciclismo no parece un deporte muy saludable.
Hace cinco años,
cuando salí por primera vez con el Team Inter, el guía de entonces; Pedro
Villena me dijo: “Le vas a ir agarrando el gusto poco a poco y después… ya ni
vas a poder dejarlo”. Me pareció que me estaba hablando más de un vicio que de
un deporte. La verdad, hay algo de eso. La adrenalina que produce el cuerpo cuando se alcanza altas velocidades en bajadas o la épica sensación de estar luchando contra el cerro en subidas o
la admiración que produce el ver paisajes nuevos; son reacciones físicas y
químicas que el cuerpo experimenta, recuerda y, por supuesto, quiere repetir. Yo
diría que el ciclismo de aventura es una adicción sana y benigna, y algunas
veces, cómo no, dolorosa.
Cuando le
pregunté a Alonso Huerta, el actual coordinador del team, qué cree que es lo
más valioso que nos puede dejar el ciclismo, aparte de la buena salud, me dijo:
“Las aventuras vividas, las experiencias compartidas en grupo, la amistad
principalmente”. Es cierto. Compartir experiencias, inevitablemente acerca a
las personas. Cuando en medio del desierto “pinchas llanta”, no falta que un
instante después aparezca un compañero, se pare a ayudarte, seguidamente otro y
luego otro. Solidaridad en su estado más puro. Cuando se va en grupo, es
inevitable esforzarse más para tratar de alcanzar a ese que siempre te pasa o
para no dejarse alcanzar por el que te persigue: competitividad en su más sano
estado.
No tengo duda
alguna que el órgano más beneficiado por la práctica del ciclismo, literal y
figuradamente, es el corazón. Seguramente Don Chucho siempre lo supo, por eso
hace 35 años se iluminó. Fundó el Team Inter para hacer de una pasión algo
compartido, para darle más vida a la vida. Por eso con una copa alzada y con el
corazón agradecido, brindo por estos 35 años. Larga vida al Team Inter.

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