Cosas infames 2de Oswaldo Chanove es, en su producción literaria, el séptimo libro. Número cabalístico para el primero de relatos que se suma a cinco poemarios y una novela. Largo recorrido en el oficio con incursión en los tres géneros garantizan eso que uno espera de un buen libro.
Teniendo la poesía mayor presencia en el haber bibliográfico del autor se hace entendible algunas particularidades de su prosa. Ésta ciertamente es de una fluidez poética y más precisamente de la fluidez de la poesía de Chanove, es decir, su prosa discurre por los canales de la coloquialidad, lo cotidiano y la ironía, acompañado siempre por ese agudo sentido del humor, también chanovesco.
Estos relatos cuentas historia de personajes conmovedores, excéntricos, atribulados, pero sobre todo entrañables personajes arequipeños como Margarita Cervantes cuya mítica belleza provocaría una descripción filosófica por el escritor Aldus Huxley en una visita que tuvo a Arequipa (según la ficción). O el pájaro Jiménez, un genio ajedrecista que desiste de una brillante carrera por pereza o quién sabe qué. O Vicente Hidalgo, presente en varios relatos, cuya presencia es indispensable para recrear la atmosfera de Arequipa de los años 80s porque Vicente Hidalgo es, pues, un personaje de la época. Entre otros, éstos son todos personajes que viven –diremos- visten y calzan en Arequipa. Comen sándwich de cabeza de chanco, alguno trabaja en la cervecería Arequipeña, toman el desayuno con Leche Gloria y mantequilla Astra. Reflexionan o se desesperan caminando por San Camilo, la calle Mercaderes, o sentados en la plaza San Francisco. Suspiran, se enamoran y/o copulan, y también se mueren en un balcón de una antigua casa del cercado, en una quinta del puente Bolognesi, en una bonita casa de Vallecito, en ese orden.
Cosas Infames de Oswaldo Chanove es un libro que en su integridad, además de soltarnos historias diversas, recrea y ficcionaliza a Arequipa al punto de convertir a la ciudad en un personaje más, y en esto es un libro pionero.
En narrativa arequipeña, o mejor diré en la narrativa producida en Arequipa o por arequipeños, desde sus inicios (época republicana) no aparece una imagen del espacio arequipeño. En el siglo XX, como nos lo hace saber Francisco Mostajo en sus Pliegos al viento, la campiña y algunos barrios tradicionales aparecen en algunos relatos de corte tradicional, los cuales frisan entre el relato y la leyenda, sin cuajar en lo que modernamente entendemos, hoy, por cuento. No es sino hasta Edmundo de los Ríos en su novela Los juegos verdaderos que se alude a Arequipa través de recuerdos de la infancia para narrar experiencias que suceden en Lima o fuera del país. Pero alcanzan a transmitirnos una Arequipa que nos podemos creer por lo que conocemos y hemos visto de ésta. La narrativa los años 80s y 90s nos proporciona, a través de pasajes, y en dosis variadas, escenas de una Arequipa con la que estamos más familiarizados. Así en la narrativa de Fernando Rivera, Willard Díaz, Goyo Torres, Dino Jurado, entre otros. Pero el libro que toma de manera íntegra como escenario a Arequipa es Cosas Infames de Oswaldo Chanove. ¿Qué tiene es especial esto? Bueno, creo que es un síntoma, es un buen síntoma que Arequipa proyecte una imagen de sí a través de discursos ficcionales; que la literatura -y no digo su literatura- produzca un imaginario. Porque aunque parezca cosa de paradoja, eso le permite a un lugar tener un rostro, una identidad, en suma le permiten existir más plenamente.
Cosa de Infames de Oswaldo Chanove es un libro de prosa ágil y entretenida capaz de ser profundamente reflexiva sobre esas cosas cotidianas o cosas de nuestra memoria que mirados desde un impensado ángulo pueden resultar ser infames.
1 El presente artículo se leyó en la presentación del libro, Arequipa 25 de febrero, 2010.
2 Ediciones Estruendomudo 2009
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